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31/12/12

La nota Rota - Irazoki

Siempre me ha gustado la música y la literatura. 
Pues bien, sin saber muy bien como, llegó a mis manos el libro del navarro Francisco Javier Irazoqui "La nota rota". Un libro que junta ambas cosas magistralmente. 
En el libro se cuentan las vidas de unos cincuenta músicos de lo más variopintos, -abundan los de jazz-, cuya nota predominante es la ruptura. La ruptura con su tiempo y la ruptura interior. Rompen y se rompen. Son artístas valientes que de algún modo se han desmarcado o han hecho una variación del tema principal. 

Irazoqui es poeta, por lo que he leído, y la verdad es que se nota. (solo hay que ver la poética foto)
La nota rota no es una simple enciclopédia, ni un manual de una época concreta o de un estilo. Es un libro de notas, de anecdotas, de ritmo y con ritmo donde todo está muy cuidado y bien enlazado... me han llamado la atención entre otras cosas los encabezados de cada capítulo: 
LAS PÁGINAS, SIEMPRE ME GUSTÓ, BUFÓN CONTRA EL PURITANÍSMO, EL PADRE ERA SASTRE, MUCHOS OPINAN, DESDE EL PRINCIPIO, QUERIDOS CANGREJOS Y LABERINTOS, CON SUS OJOS COLORISTAS, DESCONOZCO SU NOMBRE... puede parecer una gran chorrada esto que aquí escribo, pero a mi, no sé, me ha gustado. Es un libro con el que se disfruta a pesar de desconocer a la mayoría de músicos. Aprendes y te entra la curiosidad, quieres aprender.

Os pongo un fragmento del músico que más me gustó y que paradójicamente me es desconocido a mi y a Irazoqui. MI GUITARRISTA.

... Junto al revoltijo de bolsas de plástico, pequeñas vajillas melladas, periódicos y restos de comida, la guitarra viaja en el carro de la compra. En los costados del vehículo, un conjunto de láminas y lienzos pintados sin gracia artística. La mujer acarrea todo su mundo sobre cuatro ruedas que chirrían.
Vive en el mismo barrio que yo. ¿Quién puede imaginar en que escondrijos pasa las noches? ...
... Ha logrado una resistencia de atleta enloquecida en el rasgueo de su instrumento y pude pasarse media hora sin variar de acorde. Minimalismo infernal ... Su nota rota es pura necesidad aliviadora ... 


12/12/12

Clotilde

El otro día estuve en el San Pio V para ver la exposición dedicada a Clotilde, mujer de Sorolla. Os recomiendo ir. Estos son los dos cuadros que más me gustaron.

11/12/12

Edward Scissorhands

Vivir en un colegio mayor te da la oportunidad de hacer multitud de cosas. Dentro de los proyectos que están en marcha estoy intentando montar un club de humanidades: Un espacio en el que poder disfrutar de distintas actividades y experiencias enriquecedoras para el espíritu (en sentido amplio) como puede ser ir a ver un museo, tomar una cerveza o ver una película entre otras cosas.

Estas son algunas de las útlimas películas que he visto:

Adios Muchachos, una película francesa del 87 dirigida por Louis Malle. Muy recomendable.
El musical West Side Story.
La princesa prometida, una peli de culto como se suele decir.  
El fuera de la ley (The Outlaw Josey Wales), western ambientado en la guerra de secesión, de Clint Eastwood.
El árbol de la vida, película contemplativa de Malick.

Varios videos musicales: El Último Vals, película documental de Scorsese sobre The Band, la mítica banda canadiense. Y el Live Aid del 85.

Seguro que me dejo alguna otra, pero de la que os voy a hablar es de Eduardo Manostijeras, una de las película que tenía pendientes para no se sabe cuando.

Eduardo Manostijeras es una película estadounidense de 1990 dirigida por Tim Burton en la que se narra la historia que durante una noche de Navidad le cuenta una anciana a su nieta:

Eduardo Manostijeras, un muchacho creado por un extravagante inventor que no pudiendo acabar su obra deja al joven con cuchillas en lugar de dedos.

- Hace mucho tiempo, un inventor vivía en esa mansión. Inventaba muchísimas cosas.

Un día, creó a un hombre. Y le dio entrañas, un corazón, un cerebro. Todo. Bueno, casi todo.
Verás, el inventor era ya muy viejo. Murió antes de poder acabar al ser que había creado. Así que el hombre se quedó solo. Inacabado, y completamente solo.
- ¿Y no tenia nombre?
- ¡Claro que tenía nombre! Se llamaba Edward.
- Antes de que él viniera, no nevaba nunca. En cambio después, sí nevó. Si él no siguiera vivo, ahora no estaría nevando...
A veces aún bailo bajo la nieve.



Hola soy Edu Feliz Navidad!!