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11/11/24

Conociendo el Lemosín

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, vengo a hablaros de nuestra última excursión por tierras lemosinas. La visita a Rochechouart y al pueblo mártir de Oradour-sur-Glane, a unos 20 kilómetros al noroeste de Limoges.

Si vas a Rochechouart, tienes que saber, porque no te darás cuenta, que está en un cráter meteórico de 21 kms de diametro, formado hace unos 214 millones de años, el Astroblema de Rochechouart-Chassenon. 

La etimología de Rochechouart viene de "roca" y "Carvadus",  nombre del señor que organizó la plaza fortificada hacia el año 1000. Allí visitamos el Castillo del siglo XII, lugar destacado durante la guerra de los 100 años, que alberga en la actualidad el Museo Departamental de Arte Contemporáneo del Haute-Vienne.

Además del edifico, arquitectura civil medieval, y las exposiciones de arte contemporáneo, mención especial al dadaísta Raoul Hausmann, me impresionaron las pinturas murales de las Sala de Caza y sus frescos polícromos de principios del siglo XVI, contemporáneos a la Capilla Sixtina, en la que se representa una caza de ciervo, y la grisalla, también de esta época de la sala de Hércules.

También nos gustó mucho la Iglesia de San Salvador del siglo XI con su flecha octogonal retorcida. 

Por la tarde fuimos a visitar el Centro de la Memoria de Oradour-sur-Glane, el lugar más visitado de la región con cerca de 300.000 visitantes anuales. Aquí se conservan las ruinas del pueblo que sufrió la masacre nazi el día 10 de junio de 1944, siendo asesinadas 643 personas, de entre ellos 19 españoles exiliados. Prácticamente la totalidad del pueblo murió y fue quemado en la Iglesia del pueblo. 

La Masacre de Oradour-sur-Glane fue el resultado del ataque por efectivos de la 3.ª Compañía del 1.er Batallón del Regimiento Der Führer, de la División SS Das Reich del Waffen-SS del III Reich.

Oradour es uno de los lugares más importantes de la memoria nacional. Después de la guerra, el general de Gaulle quiso hacer de este pueblo mártir un monumento histórico para guardar un testimonio de la barbarie nazi sobre la población civil.