Este domingo corrí en Wimbledon. Half marathon.
Quería corroborar mi estado de forma y efectivamente he evolucionado. He dado un salto del 1.25 habitual al 1.21. El sub-3 horas en el maratón está ya en mis piernas, al alcance de la mano.
¿Cómo ha ocurrido? Ni idea.
Creo que el secreto está en "los años y la acumulación", eso me decía mi hermano por el WhatsApp "¡son los años y la acumulación!".
Tras acabar la carrera he ido a saludar al séptimo y hemos estado hablando un rato. Me decía que el también había mejorado. El lo achacaba a un entrenamiento más de "veloz", (por ahí también pueden ir los tiros). Me decía que el volumen de kilómetros era igual al de otros años, pero esta vez había incluido más sesiones semanales de series cortas. Velocidad.
Wimblendon no era precisamente el terreno perfecto para hacer una buena marca ya que es "hilly" y la carrera como parece habitual tampoco estaba extremadamente bien organizada. En ocasiones había que correr por la acera (entre los viandantes) o por la calzada jugándose la vida entre los coches. Pero ahí está el resultado. Otra vez 1.21, sexto clasificado, ganando plazas y compitiendo con cabeza y sin reloj.
Alguien me dijo que rezaría por mi humildad, quizá sea prudente hacerlo, porque aunque soy consciente que este blog lo leen cuatro gatos... últimamente me estoy flipando bastante.
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