A veinte minutos de Valencia está la Albufera, un sitio al que merece la pena ir si estás por valencia. No sólo por ser la cuna del arroz valenciano, materia prima indispensable para la paella. Si no por la espectacular puesta del sol otoñal, única en el levante español.
El domingo pasado se planteaban dos opciones claras. Opción número uno, echarse una siesta y opción número dos, ver la puesta de sol comiendo pipas. No lo dudamos y optamos por la segunda. Esta vez fuimos en coche, para tantear el terreno a una futura vuelta ciclista, o Ultra Trail de la Albufera, todo se andará.
Primero paramos en el Estany de Pujol, un lago artificial de la Dehesa del Saler. Y luego fuimos a la Gola de Pujol a ver la puesta del sol sobre la Albufera. En dos palabras: In-presionante y al costat de casa.
Sugerencia del día: Tenemos que disfrutar más de lo nuestro, ser turistas de nuestra propia ciudad (por lo menos una vez por semana), salir de casa para conocerla.
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