Cuando nos regaló nuestros rifles de aire, Atticus no nos enseñó a disparar. el tío Jack nos instruyó en los principios básicos de tiro; dijo que a Atticus no le interesaban las armas. Atticus le dijo a Jem un día:
-Prefiero que disparéis a latas vacías en el patio trasero, aunque sé que perseguiréis a los pájaros. Disparad a todos los arrendajos azules que queráis, si podéis darles, pero recordad que es un pecado matar a un ruiseñor.
Esa fue la única vez que oí a Atticus decir que hacer algo era un pecado, y le pregunté al respecto a la señorita Maudie.
-Tu padre tiene razón -dijo ella-. Lo único que hacen los ruiseñores es música para que la disfrutemos. No se comen nada de los jardines, no hacen nidos en los graneros de maíz, lo único que hacen es cantar con todo su corazón para nosotros. Por eso es un pecado matar a un ruiseñor.
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