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30/10/17

Romero y Julieta - William Shakespeare


BENVOLIO. -Haz caso: olvídate de ella.
ROMEO. -¡Oh! ¡Enseñame tú cómo pueda olvidarla!
BENVOLIO. -Da libertad a tus ojos. Que vuelen en pos de otras mujeres, de otras bellezas.
ROMEO. -De esa forma encontraría más exquisita su hermosura. Los disfraces negros que ocultan el rostro de las damas bellas nos hacen adivinar, precisamente por ser negros, la radiante blancura que esconden. Los que de pronto quedan ciegos no pueden ya olvidar el tesoro que pierden. Muéstrame a la más hermosa de las damas. ¿De qué me servirá su belleza, sino para leer como en un libro que existe otra aún más bella? ¡Adiós, primo mío! ¡Tú no sabes enseñarme a olvidar!
BENVOLIO. -Te enseñaré, o de lo contrario moriré en deuda contigo.

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