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29/5/19

Annapurna primer ochomil

Siento que mi fin está próximo, pero es el fin que todos los alpinistas desean, por ser conforme a su pasión. Agradezco con toda el alma a la montaña que esté tan hermosa hoy para mí. Su silencio me impresiona como el de una iglesia. No sufro absolutamente nada y no siento ninguna inquietud. Mi tranquilidad es asombrosa…
La lectura espolea nuestra imaginación. Y yo estoy muy expoleado. Recientemente he leído un clásico de la literatura del ochomilísmo: Annapurana, primer ochomil de Maurice Herzog. 

Hay un párrafo en el prólogo de Sebastián Álvaro, creador de Al Filo de lo Imposible, en el que dice al respecto de aquella exitosa expedición de 1950:
Es el tiempo de la exploración pura. Explorar y escalar eran dos variables de un momento en el que la incertidumbre lo envolvía todo desde que se salía de casa. Fueron los mejores tiempos del Himalaya… ahora puedo sonreír al comparar aquellas expediciones con alguna de las expediciones comerciales que han vulgarizado y degradado algunas rutas normales, tan alejadas del espíritu y la práctica de lo que fue esta expedición francesa. En el camino se ha perdido lo mejor: el alpinismo y la aventura.
"Porque está ahí". Justo hoy celebramos el 66 aniversario de la primera ascensión al Everest... no hace tanto tiempo que se empezaron a conquistar los límites de la tierra y quizá ya le hemos perdido el respeto.

Aventura, exploración...
Ningún hombre ha contemplado jamás estas montañas que nos rodean. Ningún animal, ninguna planta tienen derecho a existir en este lugar. En la pureza de la mañana, esta ausencia de vida, esta miseria de la Naturaleza, no hacen más que exaltar nuestras fuerzas interiores. ¿Quién comprenderá el entusiasmo que este vacío nos produce, cuando los hombres se enamoran siempre de naturalezas ricas y generosas?
Como decía, la lectura despierta la imaginación y ya me he visto en el la cima del Cho Oyu o cualquier otro ochomil... pero para ser realistas y, visto que no tengo muchos medios, he pensado en dos objetivos más asequibles: el Kilimanjaro y el Mont Blanc.
Me lo he propuesto, no te digo más.

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