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25/11/20

Reflexiones heterodoxas - Inger Enkvist

El año pasado gracias a mi amigo Arturo pude estar una tarde hablando con Inger Enkvist, catedrática de español en la Universidad de Lund y exasesora del Ministerio de Educación de Suecia. Fue una tarde en la que aprendí mucho en a penas una hora de conversación. 

Yo no sabía ni quien era Inger pero enseguida me di cuenta de que estaba ante una gran intelectual, una mujer con sabiduría, una persona que te hace caer en la cuenta de cuánto nos queda por estudiar y aprender. Y tuve el honor de que me regalara el libro de "Reflexiones heterodoxas" y me dedicara unas palabras.

"Reflexiones heterodoxas" es un libro que recoge una serie de artículos variados en los que entre otros habla de autores de la lengua española, temas de educación y las nuevas corrientes pedagógicas. En el libro dedica un capítulo a "Maradona y Pelé o la importancia de los educadores".

En este blog suelo hacer homenaje póstumo a ciertas personas...  y le ha llegado el turno a Diego Armando Maradona. Para mi un ídolo, una leyenda del deporte, un ejemplo de vida vivida o mal vivida, según como se mire. Trascribo parte del texto:

Viveza Criolla

Dos periodistas argentinos, Gantaman y Burgo, han reunido las mil mejores frases pronunciadas por Maradona durante sus largos años de vida pública. Un ejemplo es el siguiente: "Les ofrezco mil disculpas a los ingleses, de verdad, pero volvería a hacerlo una y mil veces. Les robé la billetera sin que se dieran cuenta, sin que pestañearan". "La mano de Dios fue una picardía, y no se ve en el fútbol europeo, solo en el sudamericano. Y lo volvería a hacer. ¿O se pensaban que le iba a decir al árbitro?: No señor, lo hice con la mano. Anúlelo".

14/11/20

La escalada del Everest. Los escritos completos de George Mallory

El Alpinista como Artista


La gran mayoría de los hombres son artistas en cierto sentido. Algunos son activos y creativos, y algunos participan de manera pasiva. No hay duda de que las personas que crean difieren de las que no crean, en un modo que podría considerarse esencial. Pero unas y otras tienen en común este impulso artístico: todas desean expresar la parte emocional de su naturaleza. El comportamiento de quienes se dedican a las formas superiores del arte muestra esto de manera muy clara. Tal vez especialmente clara en el caso del teatro, en la danza y en la música. No solo son artistas quienes actúan y representan, sino también aquellos que se emocionan con la representación. En este sentido, los artistas no se distinguen por su capacidad de expresar las emociones, sino por su capacidad de sentir esas emociones a partir de aquello que constituye el Arte...

Todos los alpinistas de la categoría arrogante son artísticos, independientemente de otras consideraciones, porque cultivan las experiencias emocionales por sí mismas, y por la misma razón son también deportistas. No es una paradoja afirmar que todos los deportistas -me refiero a los auténticos deportistas- son artísticos...

Desde el momento en que el placer se persigue, no solo por su valor literal..., sino con algún propósito más lejano y emocional, está compartiendo la naturaleza de Arte. Esta distinción se percibe con facilidad en el mundo del deporte. Marca la diferencia entre la persona que disfruta remando en un bote porque le complace el ejercicio, o le gusta la sensación de deslizarse por el agua en un bote, o quiere utilizar el agua para llegar a algún ligar deseable, y el que entrena para una carrera; la diferencia entre dar patadas a un balón y jugar un partido de fútbol; la diferencia entre darse un paseo a caballo por motivos de salud, o cazar zorros a caballo. Sin duda, ni al deportista ni al alpinista se les puede acusar de tomar sus placeres a la ligera. Ambos son artistas...

Pero hay arte y ARTE. Y podemos distinguir entre unos y otros artistas... Parecería perfectamente natural comparar un día en los Alpes con una sinfonía. Para los alpinistas de mi misma raza, esta comparación puede hacerse con toda justicia. Sin embargo, ningún deportista podría o querría afirmar lo mismo para el cricket o la caza, o para cualquiera que sea su deporte particular. Reconoce la existencia de lo sublime en el Arte con mayúsculas, y sabe, aunque no pueda sentirlo, que ese modo en que lo sublime mueve el alma es completamente diferente y mayor. Pero los alpinistas no admiten esa diferencia, en el plano emocional, entre el alpinismo y el Arte. Afirman que la esencia del alpinismo es algo sublime. Pueden comparar la llamada de las montañas a la melodía de la música magnífica. Y esa comparación en modo alguno resulta ridícula.