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21/6/24

Le France

Europa en tres actos... como casi siempre: Francia, España, Francia.
Y volvimos, porque siempre hay que volver, a Limoges, olor a tierra mojada, a vaca, a queso. Dos semanas de inmersión en el francés.
La ocasión la pintan calva y hay que aprovecharla. Nos vamos a Normandía, en el 80 aniversario del desembarco. Y resulta que se celebra el Marathon de la Liberté, y resulta también, que estoy apuntado. 2.59.29 el resultado final. ¡La carrera perfecta!
Gran acierto visitar la región en estas fechas, qué bonito Caen, (qué bien me caen), y ver el ambiente de celebración de un aniversario tan redondo, todo lleno de Willys, todo lleno de americanos, de nostálgicos... y pienso en España, y en lo desapegados que estamos de los grandes acontecimientos mundiales del último siglo. 
¡Qué se peguen ellos, que nosotros no necesitamos a nadie para pegarnos!
¡Americanos, os recibimos con alegría!
Luego fuimos a coger oxigeno a Valencia, al mediterráneo, a Puçol y visité el Ágora en la ciudad de las Artes y las Ciencias. 
El CaixaForum, por dentro, es como el esqueleto de tórax de una cabra en muerta.

Por último, vuelta a Le France. París en la previa a los JJOO. Y nuestra dosis de cultura en La Fundación Louis Vuitton, donde vimos:
- Matisse: L'Atelier Rouge / The Red Studio / Estudio Rojo 
- Ellsworth Kelly. Shapes and Colors, 1949-2015.

L'Atelier Rouge, 1911 es una obra de Henri Matisse adquirida por el MoMA en 1949. El gran lienzo (que no es el de la imagen) representa el estudio del artista lleno de pinturas, esculturas, muebles y objetos decorativos. 
Lo curioso de esta exposición es que en ella se reúnen por primera vez las obras pintadas en el cuadro desde que salieran del estudio de Matisse en Issy-les-Moulineaux.
Respecto a Ellsworth Kelly, ...decir que Kelly es un escultor y pintor abstracto, célebre por sus experimentaciones cromáticas... Nada de mi interés, a excepción de la obra menos Kelly, la más figurativa de todas, la menos cromática: Kilometer Marker, 1949.
Viendo esta obra no te haces cargo, para nada, de lo que allí había expuesto. Nada que ver con el colorido monócromamente plano del resto de la exposición de Kelly.
Esta vez no me gustó tanto lo expuesto en la Fundación así que, por primera vez, subimos a las terrazas del edificio y disfrutamos de la arquitectura de Frank Gehry. Magnifique!

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