Este fin de semana aterrizamos en Pereira y estuvimos por los departamentos de Risaralda y Quindío. Nada mas llegar fuimos a Filandia, allí comimos y compramos algunas artesanías. Después de almorzar nos dirigimos a Montenegro, a la Hacienda donde nos alojábamos, la Finca-Hotel El Palmar. Un sitio fantástico donde nos atendieron super bien. ¡Cómo se agradece el calorcito y el cambio de aires!
Siempre está bien salir de Bogotá.
Como curiosidad, probamos por primera vez el zapote, una fruta de la zona bastante curiosa.
El domingo fuimos a Pijao, una cittaslow, para hacer una excursión en jeep a un terreno en la montaña donde había palmas de cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense), como en el valle de Cócora, pero en salvaje. Y al día siguiente, lunes, fuimos al Parque del Café, una especie de parque de atracciones, en el que el café es la escusa, ideal para ir con niños.
El avión de vuelta se retrasó tres horas, pero no impidió que pasáramos un fin de semana magnífico.

