Cuando voy en el avión, si hace bueno, me gusta mirar por la ventanilla.
Aproximadamente a la hora y media de vuelo desde que sales de londres te encuentras cruzando Pirineos y no es difícil distinguir sus montes, el Vignemale, Monte Perdido, los Infiernos, el Aneto...
Aproximadamente a la hora y media de vuelo desde que sales de londres te encuentras cruzando Pirineos y no es difícil distinguir sus montes, el Vignemale, Monte Perdido, los Infiernos, el Aneto...
Los hermanos siempre son un referente, para lo bueno y para lo malo. De todos recibes algo. La suerte de ser el pequeño.
Siempre me gustó la música brasileira.
En el verano del 97 estuvimos en Panticosa, mano a mano, subiendo montes sin parar, durante una semana.
En la cima de Los Infiernos con el Vignemale de fondo |
Ahí empezó mi interés por la montaña.
Recuerdo cada detalle: la llegada; el viaje de autobús, donde aún se podía fumar; el mundial de atletismo por la televisión; el desayuno en Miraflores. Con 12 años estas cosas se te quedan marcadas en la memoria.
Recuerdo cada detalle: la llegada; el viaje de autobús, donde aún se podía fumar; el mundial de atletismo por la televisión; el desayuno en Miraflores. Con 12 años estas cosas se te quedan marcadas en la memoria.
Desde entonces Pirineos ha sido un lugar al que volver. Una especie de paraíso donde perderse.
Por eso, siempre que puedo vuelvo y revuelvo... y así lo hice este verano, ¡al fin pude ir a Biescas!, llevaba tiempo queriendo ir para cumplir alguna que otra cita pendiente.
Fue un mes muy productivo y diecisiete años después repetimos la ascensión de mi primer tresmil.
Y bien, os cuento todo esto porque el miércoles fui a escalar a The Arch Climbing Wall, con Álvaro, Karan y Jason. Allí se comprobó que la escalada es una de mis asignaturas pendientes.
El nivel estaba muy
alto (el vídeo de Jason lo demuestra), aún me falta práctica para llegar a esos niveles... y me parece que a como
están los precios quizá habré de esperar al verano que viene para
calzarme otra vez los pies de gato a no ser que el "Summerboy" me
subvencione la actividad.
En agosto tuve oportunidad de hacer escalada alpina en Pirineos, opté por los tresmiles ya que no me veía capacitado. Ahora bien, si continúo yendo a The Arch y gano algo de técnica no descarto esta nueva vía dentro del alpinismo. El tiempo dirá.
En posteriores posts quizá os hable de otras influencias. Quizá.
Por eso, siempre que puedo vuelvo y revuelvo... y así lo hice este verano, ¡al fin pude ir a Biescas!, llevaba tiempo queriendo ir para cumplir alguna que otra cita pendiente.
Fue un mes muy productivo y diecisiete años después repetimos la ascensión de mi primer tresmil.
Y bien, os cuento todo esto porque el miércoles fui a escalar a The Arch Climbing Wall, con Álvaro, Karan y Jason. Allí se comprobó que la escalada es una de mis asignaturas pendientes.
Flipándome un poco |
En posteriores posts quizá os hable de otras influencias. Quizá.