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31/5/16

After hours


Vuelta a los pinceles, aunque sin convicción... pero hay que moverse, la inspiración volverá en el día menos pensado, I wish it could happen to me.


4/5/16

Filípides, Tersipo, Spiridion y el Maratón

En el año 490 a.C, durante la I Guerra Médica entre griegos y persas, el rey persa Darío I ordenó a su ejército atacar a los atenienses en la llanura de maratón. La victoria griega en esta batalla pondrá fin a la Primera Guerra Médica y será el comienzo de la más legendaria carrera a pie: El Maratón.

El historiador Plutarco dice que la distancia entre Maratón y Atenas, aproximadamente 40 kms., la recorrió un tal Tersipo.
Luciano de Samosata, un siglo después, atribuirá a Filípides este trayecto, ¿¡en qué quedamos!?
Herodoto por su parte atribuye a Filípides la carrera de Atenas a Esparta con la misión de pedir ayuda al rey espartano Leonidas, lo que supone cerca de 250 kms. en tan solo un día y medio….

Mitología e historia se entremezclan dejando cabida a distintas interpretaciones que el tiempo ha tendido a unificar y simplificar atribuyendo a Filípides las dos distancias. ¡Qué injusta puede ser la historiografía!
Así pues, mientras que el maratón celebra la mítica carrera de Maratón a Atenas, desde 1982 una carrera anual desde Atenas a Esparta, el Espartatlón, celebra la carrera a través de 250 km de campiña griega.  
¿Qué sentido tiene ir a corriendo de Maratón a Atenas para exclamar “Nenikékamen”? 
En la ciudad de Atenas se quedaron las mujeres con los niños pequeños. En caso de derrota tenían previsto matar a sus hijos y suicidarse para evitar la esclavitud y la vergüenza. El miedo de los atenienses era que la flota persa que se retiraba atacase Atenas, provocando que sus mujeres interpretasen que se había producido una derrota. Para evitar esto, el general del ejército, Milcíades mandó a un hemeródromo, mensajero del ejercito griego, para que avisase a la ciudad de la victoria ante los persas.
La leyenda cuenta que al llegar el mensajero, estaba tan exhausto que simplemente pudo pronunciar la palabra griega Νενικήκαμεν, cuya traducción es “hemos vencido”. Tras ello el mensajero cayó muerto.
Las Olimpiadas
El filólogo Michel Bréal fue el que, inspirándose en los relatos sobre Filípides, propuso a Pierre de Coubertin la celebración de una carrera llamada maratón dentro del programa de los modernos Juegos Olímpicos.
En los juegos de Atenas de 1896 inaugurados por el barón Pierre de Coubertin se incorporó la carrera de maratón de 40 kms., en honor al mito griego.

Spiridion, el primer héroe olímpico
En estos primeros Juegos Olímpicos el gran héroe fue el ganador de la prueba de maratón, un vendedor de agua griego llamado Spiridon Louis, que completó la prueba de 2:58:50 hrs. Spiridion fue seleccionado casi por obligación por un oficial del ejército griego y antes de la salida permaneció dos días en oración y ayuno. Al final de la carrera entró en solitario por la meta para delirio de sus compatriotas, salvando así el honor helénico, dado que fue el único triunfo griego en una prueba de atletismo en estos juegos.
¿Por qué esa distancia tan rara?
La longitud moderna de 42.195 metros data de los Juegos Olímpicos de Londres de 1908. El Príncipe de Gales, Jorge V y la Reina Alexandra quisieron que la carrera comenzara en el Castillo de Windsor, para poder verla con comodidad. Asimismo para poder ver la llegada pidieron que ésta fuese frente al palco real dentro del estadio Olímpico, la distancia resultante de este par de caprichos fue de 42.195 metros, lo que hasta ahora mide un maratón, sin excepción alguna. 
La distancia quedó establecida definitivamente como única oficial en el congreso de la IAAF celebrado en Ginebra en 1921, antes de los Juegos Olímpicos de París 1924.

2/5/16

London, crónica de una muerte anunciada

Ocurrió como con Santiago Nasar, se veía venir. 
Probablemente mi primera y última London Marathon, quien sabe. Ha sido una experiencia muy interesante, en todos los sentidos. De todo se aprende. 
La pena es que no fuera mi día, antes de empezar lo intuía, pero lo peleé con ilusión hasta el 32, momento en el que choqué con el muro de mi estómago y de mi cabeza. Te faltan las fuerzas para mantener el ritmo y empiezas a perder segundos... te pasan muchas ideas por la cabeza y hay que tomar decisiones. Decidí llegar tranquilamente y disfrutar los últimos kilómetros pegado al Támesis sabiéndome un privilegiado por poder estar allí. Puse buena cara, como Gordon y acabé en 3.05. 
Así que deseché toda lamentación, cero dramas, siempre smile... habrá ocasiones para mejorar la marca en casa, con la afición local. 
Después del maratón aproveché para estar con los amigos y la familia. Estuve en Keslton, en Netherhall, en The Cedars... el martes volví a correr por Hampstead Heath, por Regents Park, rescatando de la memoria lugares conocidos. 
Me quedan muchas cosas por contar, ha sido un viaje intenso, el próximo me lo tomaré con más calma, seguro. Get Ready!