Hemos estado unos días por París, más concretamente en Rueil-Malmaison, y nos ha dado para pasear por la ciudad y ver dos exposiciones muy interesantes.
Visitamos la exposición de Amedeo Modigliani - Un peintre et son marchand, en el museo de L'Orangerie.
Paul Guillaume se convirtió en marchante de Modigliani (1884-1920). Fue a través del poeta Max Jacob como el joven galerista y coleccionista Paul Guillaume descubrió a Modigliani en 1914. Entonces se convirtió probablemente en su marchante, como se desprende de la correspondencia entre Paul Guillaume y su mentor, el poeta y crítico de arte Guillaume Apollinaire.
Paul Guillaume lo animó a seguir pintando, le alquiló un estudio en Montmartre y dio a conocer sus cuadros en los círculos artísticos y literarios parisinos.
La exposición destaca algunas de las obras maestras del artista que pasaron por las manos del galerista, así como archivos y documentos que dan testimonio de sus vínculos. Todas las obras presentadas en esta exposición tienen una estrecha relación con Paul Guillaume: ya sea porque le pertenecieron, porque fueron vendidas por él o comentadas en su revista Les Arts à Paris.
También estuvimos en el MAM para ver a Nicolas de Staël. Mélanie me lo había dado a conocer ya que su abuelo, que pintaba, se inspiraba mucho en su obra. Para mí fue y ha sido un descubrimiento.
Esta exposición de Nicolas de Staël (1914-1955) marca un regreso significativo ,veinte años después de la retrospectiva en el Centre Pompidou en 2003, y ofrece una nueva perspectiva sobre este artista icónico de la escena artística francesa de la posguerra.
La exposición reúne una impresionante selección de casi 200 piezas procedentes de colecciones públicas y privadas en Europa y Estados Unidos. Pese a que la obra de Staël se concentra prácticamente en quince años, desde 1940 hasta su trágico fallecimiento en 1955, no deja de sorprendernos el aporte que hizo a la Historia del Arte.