Todos los años escribíamos un christmas a José, el dueño del mítico videoshow y siempre había algún graciosillo que le deseaba unas navidades de película. ¡Qué mejor momento que las navidades para ver unas cuantas películas!
Yo estas navidades he visto unas pocas. Alguna de ellas merecería una entrada a parte.
He de decir que ver cine en inglés está bien porque es el idioma original de muchas de las películas, pero siempre corres el riesgo de perder mensaje si no dominas la lengua.
Un difícil equilibrio. Ahora bien, con subtítulos ya controlo bastante.
Bueno, el caso es que vi
Now you see me (ahora me ves) y ya no me acuerdo... bueno haré un pequeño esfuerzo: va de trucos de magia espectaculares y mucha fantasía. Para pasar el rato, poco más.
Las películas malas las olvido rápidamente, bueno, realmente olvido todo bastante rápidamente. Tengo memoria de pez, pero escribir las cosas siempre ayuda a fijarlas.
Midnight in Paris, siempre me ha gustado Woody Allen, me hace gracia. Refleja situaciones reales, un tanto exageradas, lo que lo convierte en cómico y siempre con un mensaje de fondo, como una fábula.
Esto es lo que le pido a toda película, -bueno, en general a todo-, que me diga algo.
Midnight in Paris es la historia de un escritor nostálgico que descubre que no todo tiempo pasado fue mejor. Que hay que vivir el presente. Este planteamiento vital le ayuda a afrontar su realidad más próxima y arreglarla. (No diré más).
Me gustó mucho ver representados en la película a artistas como Picasso, Hemingway, Cole Porter, Fitzgerald, Cocteau, Buñuel, Dalí, Belmonte, Man Ray, Gauguin, Toulouse-Lautrec, Degas... muy divertidamente caracterizados.
The Lady Vanishes (Alarma en el expreso,1938), película de Hitchcock. Es como una historia de Agatha Christie, con intriga hasta el final. Está bastante bien.
El séptimo sello, (1957), de Ingmar Bergman, cine sueco. Clásico.
Los clásicos no hace falta explicarlos. Se han de ver y punto.
Esta película es una cuestión de fe.
Tremendo
diálogo entre la muerte y el caballero cruzado:
- ¿Quién eres tú?
- La muerte.
- ¿es que vienes por mi?
- Hace ya tiempo que camino a tu lado.
- Ya lo se.
- ¿Estas preparado?
...
- Espera un momento.
- Es lo que todos decís, pero yo no concedo prórrogas.
- Tu juegas al ajedrez ¿verdad?
...
- Pues si realmente soy un excelente jugador de ajedrez.
- No creo que seas tan bueno como yo.
- ¿Para qué quieres jugar conmigo?
- Es cuenta mía.
- Por supuesto.
- Juguemos con una condición: Si me ganas me llevarás contigo, si pierdes la partida, me dejarás vivir.
- Las negras para ti.
- Era lo lógico, no te parece.
Las uvas de la Ira, película dirigida por John Ford en 1940, quien realiza la adapatación de la novela de John Steinbeck, ganadora del premio Pullitzer. Es otra de esas películas con mensaje, en base a un gran libro que habré de leer.
Esta especie de road movie relata el viaje de una familia de Oklahoma que se traslada a California en búsca de un supuesto mundo mejor.
Mire usted caballerete, es un canto a la justicia cuyos valores fílmico y narrativos son realmente excelentes.