Empecé a conocer a Antonio Vega hace relativamente poco. En 2004 llegó a mis manos el disco "Escapadas" y no fue hasta entonces cuando empecé a admirarlo de verdad. Revisando el archivo de entradas me ha extrañado que el 12 de mayo de 2009 no le rindiera su merecido homenaje. Ahora lo hago.
¿Qué pasa con esta canción? Yo te preguntaría lo mismo, la verdad, porque no lo se muy bien. Es una canción emocionante que yo he tenido que descubrir poco a poco y que a mi me sigue llenando cada vez que la interpreto, me sigue proporcionando momentos de verdadera angustia a veces, y otras de verdadero placer. Es una canción de esas que uno guarda como un tesoro para toda su vida.
Con estas palabras el mismo autor definía perfectamente su canción, quién sabe, quizá su propia vida. Luces y sombras.
Han pasado cinco años ya de la muerte de Antonio Vega y aún nos acordamos de él. Muchos coincidimos en que Antonio tenía algo especial, no sólo su música, también su profundidad y hondura, su fragilidad. Su mirada bondadosa. Y la humildad propia de la gente sensible. Un dechado de virtudes. Los defectos los dejaremos a un lado.
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