En algún lugar del grupo |
Desde hace más de un mes tenía programada una entrada sobre la hipotética victoria contra el reloj que marca las horas. En ella rememoraba aquel 2 de febrero del 97 y hablaba de la importancia de no vender la piel del oso antes de cazarlo y todas esas cuestiones relativas a la prudencia.
Pero el tres se hizo presente y esa entrada deberá esperar una mejor ocasión. Ya se sabe, la ilusión es lo último que se pierde.
2 de febrero de 1997 |
Un maratón más. El quinto.
La decepción no es tal en el momento de la prueba. Lo has dado todo. Es más bien impotencia y rabia. La decepción viene después, en frío, cuando analizas, cuando valoras.
Aún así, me quedo con lo positivo, con la lección que se aprende en cada carrera.
Es la primera experiencia de este estilo ya que con anterioridad o había triunfado o me había dado un buen tortazo. Pero este año fue algo más sutil, irremediable pero sutil. Los kilómetros se me hacían inexorablemente más largos y a falta de 3 kms se me escapó la carrera. Estaba tan cerca.
No corrí mal. Se me fue al final. El "muro" llegó y el tiempo se escapó poco a poco como en cuenta gotas.
Aquí la crónica:
Madrid es la primera parada de este viaje.
El examen de inglés un mero trámite. Visita a la familia, Martin Miller, macarrones. Paseo por los sitios más emblemáticos de la capital. Saludar a los amigos. El Ave.
El deporte y la cultura siempre estuvieron unidos. "Units per Bancaixa" |
El viernes día completo, un día para el reencuentro. Amigos para siempre, el Pato, Jorge, Rodrigo el Phenomenon, los colegas del Instituto... el almorsaret en el mítico la Clemencia.
Por la tarde recogida del dorsal y concierto cítrico.
Nos dirigimos toda la familia a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Capitán Mandarina viene de Londres, menudo glamour, para tocar en casa. Todo un lujo.
Phenomenon |
Por la noche Festival de Mediometrajes La Cabina, voy medio engañado. Nos espera una comedia Polaca "El ratón 128" y otra Israelí "La nueva vida de lobo" donde Ze'ev hace un papelón. Humor surrealista. Anda, vámonos a cenar!
El sábado toca descanso, día de reflexión, como en las elecciones. Paella "dominical" y cafenet con Miguel y Nacho. Poco más.
Domingo 16, comienza el día aún de noche. Me encuentro más relajado de lo que debiera. Las sensaciones no son las mejores y comienzan las dudas, demasiado pronto.
Mi hermano me recoge en su flamante motoreta. El se encargará de cronometrar a los keniatas que van en cabeza subido a la camioneta. Nos despedimos.
Vamos a la guerra.
La espera se hace larga. Empieza la carrera.
Momentos emotivos, la ciudad que te vio nacer, la gente que está pendiente, la familia, los amigos. Estamos aquí para sufrir y disfrutar a partes iguales.
La suerte está echada.
Momentos emotivos, la ciudad que te vio nacer, la gente que está pendiente, la familia, los amigos. Estamos aquí para sufrir y disfrutar a partes iguales.
La suerte está echada.
Repasemos algunos puntos de interés:
Los primeros kilómetros son de transición, mero trámite.
Voy algo detrás del grupo de las tres horas, escasos cincuenta metros. Porqué, no lo sé. Me extraña a mi mismo.
Veo a algún conocido, por el camino y llega el Km 14. Allí me espera mi hermana con mis sobrinos,. Antes de llegar me los imagino en la acera. Me echo a un lado para localizarlos. Allí están.
Voy algo detrás del grupo de las tres horas, escasos cincuenta metros. Porqué, no lo sé. Me extraña a mi mismo.
Veo a algún conocido, por el camino y llega el Km 14. Allí me espera mi hermana con mis sobrinos,. Antes de llegar me los imagino en la acera. Me echo a un lado para localizarlos. Allí están.
Saludando a los pequeños de la familia |
Demasiado calor para lo que se acostumbra en Londres en estas fechas, 23 grados marca uno de los termómetros.
Hay que hidratarse bien.
Hay que hidratarse bien.
Demasiada queja interior. Eso no es buena señal.
Hay que ser positivos.
Hay que ser positivos.
Siguen pasando los kilómetros y llegamos a la Alameda, tumulto y caos en los avituallamientos, la calle se queda estrecha al paso del grupo de las 3 horas.
Somos una multitud, todos con un mismo objetivo.
En el Km 17 están mis padres y los vecinos. Por ahora todo va bien, vamos frescos. Chocamos las manos. Hasta luego.
Somos una multitud, todos con un mismo objetivo.
En el Km 17 están mis padres y los vecinos. Por ahora todo va bien, vamos frescos. Chocamos las manos. Hasta luego.
Al paso de la media, pregunto el tiempo. 1.29.17... me parece demasiado rápido. Me gusta ir de menos a más pero ya veo que esta vez si aguanto estará bien.
No llevo reloj, he decidido dejarlo en casa, prefiero ir sin presiones, correr por sensaciones.
Me encuentro algo pesado, sólo me cabe esperar que con el pasar de los kilómetros todo irá mejor.
En el Km 28 veo a mi hermano, le digo que todo va bien, aunque sé que no... que la gasolina se me está agotando.
Me encuentro algo pesado, sólo me cabe esperar que con el pasar de los kilómetros todo irá mejor.
En el Km 28 veo a mi hermano, le digo que todo va bien, aunque sé que no... que la gasolina se me está agotando.
En el 30 está mi cuñado Miguel con la bicicleta, dispuesto a acompañarme los últimos kilómetros, me da un gel. Confío en que me resucite a tiempo.
En este avituallamiento me empiezo a descolgar del grupo. No hace falta hablar para saber como está la situación. La cara y la actitud lo dicen todo. Empieza la pelea.
En este avituallamiento me empiezo a descolgar del grupo. No hace falta hablar para saber como está la situación. La cara y la actitud lo dicen todo. Empieza la pelea.
Estoy en tiempos, el grupo de las 3 horas está cerca. Hay que aguantar como sea. En el Km 33 está mi amigo Alberto, intento agradecerle su presencia y disimular el sufrimiento, pero es evidente que estoy jodido.
Ahora queda la bajada, los últimos kilómetros, el tramo "fácil" pero internamente estoy vencido, todo es negativo. Siempre negativo nunca positivo. Intento mantener el ritmo. Es imposible.
En el Km 38 está mi hermano Toni y Javier. Me dan ánimos, son conscientes de que se me escapa. Lo ven. Yo también. Y cedo definitivamente.
Me espera la parte más bonita, gentes a derecha y a izquierda como si del Tour de Francia se tratara. Últimos metros.
Ahora queda la bajada, los últimos kilómetros, el tramo "fácil" pero internamente estoy vencido, todo es negativo. Siempre negativo nunca positivo. Intento mantener el ritmo. Es imposible.
En el Km 38 está mi hermano Toni y Javier. Me dan ánimos, son conscientes de que se me escapa. Lo ven. Yo también. Y cedo definitivamente.
Me espera la parte más bonita, gentes a derecha y a izquierda como si del Tour de Francia se tratara. Últimos metros.
Me gustaría poder disfrutarlo pero no puedo.
En el 40 están Guillermo y Germán. Me cuesta tan solo mirarles, me da rabia no darles la alegría del triunfo. Pero para eso están los amigos.
Y llegué.
Siguiendo el consejo de mi hermano intento poner buena cara para las fotos y el vídeo.
Complicado.
Siguiendo el consejo de mi hermano intento poner buena cara para las fotos y el vídeo.
Complicado.
Muchísimas gracias a toda la familia que como siempre estuvo pendiente, vía wasap o a pie de pista. Pero especial mención a Miguel que una vez más estuvo con su bicicleta dando ánimos, aunque esta año se la jugó el pedal, le dio una pájara y cayó allá por el 35.
Y como no agradecer a los colegas. Al Pato, al Gordo, a Vini, a Rodri que casi estuvo... y a los amigos ausentes.
Y como no agradecer a los colegas. Al Pato, al Gordo, a Vini, a Rodri que casi estuvo... y a los amigos ausentes.
Esta es la crónica de la carrera. Mucho mejor que una victoria, más épica. Si sale a la primera no mola... y como dicen, a la tercera va la vencida. Valencia 2015 sera el maratón en el que bajaré de las 3 horas. Está escrito.
2 comments:
Que grande Pablo! La próxima no me la pierdo. Tú sí que eres un phenomenon.
Rodrigo.
Jaja. La verdad es que pasa a una hora bastante decente por tu casa. El anyo que viene me esperarás de corto y me acompanyaras los últimos kms. jajaa. Por cierto, vi a Fernando en la meta. Estaba un poco petao pero pude hablar con el.
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