Ahora que vamos a celebrar el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes me he decidido a leerlo por primera vez. Y me he lanzado con las Novelas Ejemplares publicadas en 1613 que constituyen, según indica el mismo autor, el primer ejemplo de relato corto en la literatura castellana. Me ha encantado poder leer a Cervantes y ver el uso antiguo de la lengua castellana, los orígenes de ciertas palabras, la trasformación del lenguaje, las mutaciones, los arcaísmos...
La primera de ellas que he leído ha sido El Licenciado Vidriera. Os dejaré una descripción de la Roma de 1567:
...y luego se partió a Roma, reina de las ciudades y señora del mundo. Visitó sus templos, adoró sus reliquias y admiró su grandeza; y así como por las uñas del león se viene en conocimiento de su grandeza y ferocidad, así él sacó la de Roma por sus despedazados mármoles, medias y enteras estatuas, por sus rotos arcos y derribadas termas, por sus magníficos pórticos y anfiteatros grandes, por su famoso y santo río, que siempre llena sus márgenes de agua y las beatifica con las infinitas reliquias de cuerpos de mártires que en ellas tuvieron sepultura; por sus puentes, que parece que se están mirando unas a otras, y por sus calles, que con sólo el nombre cobran autoridad sobre todas las de las otras ciudades del mundo: la vía Apia, la Flaminia, la Julia, con otras de este jaez. Pues no le admiraba menos la división de sus montes dentro de sí misma: el Celio, el Quirinal y el Vaticano, con los otros cuatro, cuyos nombres manifiestan la grandeza y majestad romana. Notó también la autoridad del Colegio de los Cardenales, la majestad del Sumo Pontífice, el concurso y variedad de gentes y naciones. Todo lo miró y notó y puso en su punto. Y habiendo andado la estación de las siete iglesias, y confesándose con un penitenciario, y besado el pie a Su Santidad, lleno de agnusdei y cuentas...
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