Por primer vez se ha presentado en Colombia la obra de Richard Strauss, Ariadna en Naxos. Tuvimos la suerte de poder asistir el pasado sábado en la representación en el Teatro Colón
Esta obra, basada en el mito griego de Ariadna y Baco, inicialmente fue concebida para ser parte de un montaje de ‘El burgués gentilhombre’ de Molière, suite orquestal escrita por Richard Strauss entre 1911 y 1917.
Es considerada una obra sobre el teatro, una crítica humorística del mundo, de los artistas y el trato que recibían cuando presentaban sus proyectos en busca de financiación para su realización.
Ariadna en Naxos, es la primera gran producción del Teatro Colón este 2022 y ha contado con la dirección escénica de Joan Anton Rechi (Andorra), la dirección musical de Josep Caballé Domenech (España) y la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. Además, esta obra contaba con la participación de 12 cantantes líricos colombianos, ocho de ellos seleccionados a través de una convocatoria pública liderada por la Ópera Nacional de Colombia.
Aquí mi opinión inexperta e impopular: Demasiada purpurina.
Vamos a matizar... ciertamente la dirección escénica y el vestuario no nos gustó tanto. Esta es ya en sí una ópera un tanto original, entre la seria y la bufa, lo que propicia grandes posibilidades escénicas y quizá algunos abusos. A mi, personalmente los guiños contemporáneos no me gustaron demasiado, llámame antiguo.
Esta representación me hizo reflexionar sobre la decadencia de nuestra época, lo estética zafia, la vulgaridad y su contrario; la excelencia, la estética, la exclusividad de la bello...
Me surgieron varias preguntas:
¿Se está bajando el listón para democratizar la cultura? ¿se está rebajando la calidad en aras de la cantidad, para llegar a un público más amplio? ¿Es este el camino correcto? ¿Qué ventajas tiene esta cultura edulcorada?
Si Strauss levantara la cabeza, ¿le gustaría lo que ve? Dejemos de ser haters.
Probablemente sí.
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